Despues de mucho tiempo sin verte,
me decidi amiga mía, a quererte para siempre,
a dejar por tí toda mi vida.
Fui a darte un beso con lengua,
pero por llegar tarde
me choque con las encías,
porque tu amabas a otro,
porque ya no me querías,
fue cuando comprendí
como se puede esfumar
en un instante la alegría,
un cambio dificil de asimilar,
tan grande, como pasar en un segundo
de la borracha noche al resacoso día.
Atrás quedan las absurdas horas
gastadas en pensar en tí,
sin saber que te diría,
en creer que cualquier noche
nos miraríamos a los ojos
y a mis brazos volverías,
en ilusiones que consumieron
el tiempo de mi mínima estima
para darme ahora a mi mismo más envidia.