Visitas

miércoles, 14 de octubre de 2015

A TÍTULO PÓSTUMO

El hollín se fugó cuando la brea, quiso echar lazos con el mar, y allí estaba yo contemplando un nuevo horizonte, pisando terreno desconocido.

Me despido de mi.

Llevo cinco días de agua.
Cinco días de sentencia a una vida maltratada.
La labor y la costumbre ni siquiera se apiadan y fruncen sus ceños mientras muestran sus estoques diciendo que esto ya se acaba.

No he de tener piedad si mi incoherencia siempre fue más grande que mi sombra

cuando el Sol quiso bailar conmigo a cuarenta y cinco grados sobre mi cabeza.
No guardo rencor de saber hablar contradicciones,
pues fue el único momento que supe que sabía algo con mayor certeza,
junto a cuando predicaba que no sabía porque bebía la cerveza,
ocio, vicio, sin sabor agradable por naturaleza,
pero al fin y al cabo, siempre besa, quien besa, cerveza.

A ti, so payaso, no cantaremos al unísono como posesos esta última canción, pero te recuerdo que siempre tendrás ahí ese escalón pa dar el tropezón, comenzando un nuevo pogo.


Me estoy acostumbrando a no echarme de menos en tus labios,

y es al principio tan difícil y es al fin tan necesario.

Si se llora que sea de alegría, porque dos gotas de lluvia no hacen charco, hacen barro.

Y no quiero castillos de arena que desmoronen mi epitafio.

El cúmulo de todo es que no hay gota que colme el vaso,

si veo que rebosa, ya le estoy dando otro trago.
Ponme otra. Pero sin rencor, al igual que sin sentido está todo lo anterior contado.

Pd: Los hijos del mañana yacerán de costado, pues después tragar en la tele tanta mierda y de tanto darse unilateralmente por culo, asemejaran el gusto a saberse destronados.

sábado, 7 de marzo de 2015

EL TIEMPO DE LA SINRAZÓN

Todos tuvimos esa ocasión que no supimos aprovechar,
ese reto imposible que pensamos que podemos acariciar,
para siempre en un futuro recordar
ese presente perfecto simple del verbo amar